6.11.13

Leyenda de la niña del Ángel

Hace muchísimo tiempo una familia de la ciudad de Orizaba lamentó la pérdida de una hija pequeña que era la alegría de su hogar. Ella llevaba por nombre Ana María Dolores Segura y había muerto en un incendio el 6 de julio de 1908 a la edad de 2 años. 

Sus padres al quererla tanto quisieron mantener vivo su recuerdo por lo que le mandaron a hacer una tumba preciosa pidiendo el mejor y más fino mármol para que en éste se pudiera esculpir la figura de la niña al tamaño exacto que tenía al morir. 

Así también la imagen de su carita, con detalles de sus facciones o gestos, sin dejar de tomar en cuenta su cabello. Todo esto para que cada vez que la visitarán no se encontraran tan sólo con un frío sepulcro sino con la imagen casi viva de su pequeña.

Asimismo y pensando en que no podrían estar allí todos los días, hicieron que juntó a aquella estatua de la niña se pusiera la de un ángel guardián, quien se encargaría de cuidarla todo el tiempo.

Cuentan los panteoneros que de noche los ojos de ese ángel guardián brillan alumbrando a la niña para que no tenga miedo. Y dicen que de día el ángel le proporciona sombra con sus alas, cuidando de que nunca le moleste el Sol. 

Otros aseguran que alguna vez al pasar de noche por esa tumba no se encuentra la estatua de la niña en su lugar, por lo que dicen que el ángel se quedo dormido y la niña aprovechó para levantarse a caminar para ir en busca de sus papás. 

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